martes, 20 de mayo de 2014

SÉPTIMO PROGRAMA - 16 DE MAYO


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Escuchamos:

1. Campanas de bastabales - Amancio Prada 
2. Borges habla de Xul Solar
3. Misteriosa canción - Pajarito Saguri 
4. La llorona - Chavela Vargas
5. Chuva - Fadeiros 


Leímos  a  Paul Celan

Salmo 

Nadie nos amasa nuevamente de tierra y barro, 
nadie bendice nuestro polvo, 
Nadie .

Loado seas, Nadie. 
Por agradarte queremos
florecer.
A tu 
encuentro. 

Una nada
éramos, somos, 
permaneceremos, floreciendo:
la rosa-nada, la
rosa-nadie. 

Con
el pistilo de alma luminosa,
el estambre de cielo yermo,
la roja corona
de la palabra purpurea que cantábamos
encima, oh, encima
de la espina. 


Carta del General Juan Jose Valle al general Aramburu antes de ser fusilado (fragmentos)


                                                                                                                       Buenos Aires, 12 de junio de 1956.

“Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo a mi Patria la declaración fidedigna de los acontecimientos. Declaro que un grupo de marinos y de militares, movidos por ustedes mismos, son los únicos responsables de lo acaecido.Para liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y sacrificarnos luego fríamente. Nos faltó astucia o perversidad para adivinar la treta (...) Entre mi suerte y la de ustedes me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija, a través de sus lágrimas verán en mí un idealista sacrificado por la causa del pueblo (...) Sólo buscábamos la justicia y la libertad del 95% de los argentinos, amordazados, sin prensa, sin partido político, sin garantías constitucionales, sin derecho obrero, sin nada. No defendemos la causa de ningún hombre ni de ningún partido. Es asombroso que ustedes, los más beneficiados por el régimen depuesto, y sus más fervorosos aduladores, hagan gala ahora de una crueldad como no hay memoria. Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría (...)Como cristiano me presento ante Dios, que murió ajusticiado, perdonando a mis asesinos, y como argentino, derramo mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de todos no sólo de minorías privilegiadas. Espero que el pueblo conozca un día esta carta y la proclama revolucionaria en las que quedan nuestros ideales en forma intergiversable. Así nadie podrá ser embaucado por el cúmulo de mentiras contradictorias y ridículas con que el gobierno trata de cohonestar esta ola de matanzas y lavarse las manos sucias en sangre. Ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos. Viva la patria.”


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